¿Cuál es la diferencia entre un trabajador comprometido con uno adicto al trabajo? El primero, se identifica plenamente con su puesto de trabajo y tiene una alta motivación para desarrollar sus actividades dentro de su jornada laboral habitual. Por lo que sabe muy bien que su compromiso no puede ir más allá de su capacidad física y mental ni mucho menos interferir en su vida personal. Por el contrario, el segundo, basa su vida en la necesidad de estar trabajando constantemente en un nivel de autoexigencia que sobrepasa sus capacidades, situándolo en una posición de insatisfacción e impulso incontrolable por buscar la perfección en el desarrollo de sus funciones y mantenerse ocupado, incluso sacrificando su tiempo personal y familiar.
Pero en esta visión de la adicción al trabajo, se encuentran tanto trabajadores que disfrutan laborando horas de más en cantidades extremas, siendo productivas, pero llegando a experimentar estados emocionales de ansiedad y culpa cuando no están trabajando; como aquellos empleados que su motivación y disfrute del trabajo es mínimo y que su obsesión por trabajar está más relacionada por presiones internas o exigencias sociales como conseguir mayor reconocimiento económico. En cualquiera de estos extremos, lo cierto es que a nivel físico y mental, la adicción al trabajo trae consigo un riesgo elevado para la salud de los trabajadores.
Las investigaciones al respecto afirman que los adictos al trabajo generalmente sufren de altos niveles de estrés laboral, ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolores de cabeza, trastornos psicológicos, entre otros síntomas; así como la posibilidad de padecer el síndrome de burnout y de adquirir nuevas adicciones como el consumo de sustancias que les permita rendir mejor y controlar el agotamiento. Dedicarle demasiadas horas al trabajo puede poner al trabajador en una fatiga constante que no le permite recuperarse físicamente del sobresfuerzo y del agotamiento mental, por lo que las repercusiones en su salud pueden abarcar desde depresiones hasta alteraciones en el sistema inmunológico y el riesgo de morir por enfermedad cardiaca.
Pero no solo la salud del trabajador puede estar en peligro, también las relaciones sociales sufren un deterioro debido a que la persona asume que dedicar tiempo a actividades de ocio o de encuentros familiares interfiere en la gestión de su trabajo, lo que la lleva a perder interés en otras actividades y el trabajador decide asumir una actitud de aislamiento. De esta manera sus relaciones afectivas pueden volverse conflictivas y poco estables, influyendo en el equilibrio familiar y en el bienestar de los miembros de la familia.
¿Cómo afecta a la empresa un empleado con adicción al trabajo?
A nivel organizacional, los trabajadores que sufren de esta adicción, en la mayoría de los casos bajan su rendimiento y calidad de sus resultados debido a la incapacidad de delegar tareas y porque tienen la necesidad de controlar todo lo referente al trabajo. Generalmente, prefieren trabajar solos y tienen dificultad para trabajar en equipo. Esta situación, por lo tanto, afecta negativamente la productividad de la empresa así como al ambiente laboral, que puede tornarse tenso debido a los conflictos entre compañeros.
Por otro lado, los efectos de la adicción al trabajo aumentan las bajas laborales debido a problemas de salud, se presentan con mayor frecuencia rotación de personal, aumentan los accidentes de trabajo y se ve afectada la imagen de la empresa ante posibles nuevos candidatos para su plantilla, entre otros.
Una forma de prevenir la adicción al trabajo está dirigida a fomentar una cultura organizacional basada en un compromiso genuino que resulte de la dedicación y la satisfacción personal con el puesto de trabajo y que se identifique fuertemente con los objetivos de la empresa. Por lo que es necesario eliminar aquellos comportamientos en los que el trabajador ejecuta sus funciones basado en la presión o en el miedo a perder su trabajo. Implementar horarios razonables y flexibles puede ser una buena opción a la hora de sugerir que los trabajadores no sobrepasen sus jornadas habituales.
Es preciso eliminar los factores de riesgo en el trabajo que puedan generar adicción a trabajar al extremo como aquellas conductas de superiores que alientan al trabajador a quedarse después de la jornada laboral para cumplir con tareas extras. También es necesario, entre otras iniciativas, cuidar la distribución del tiempo y carga laboral, fomentar los equipos de trabajo colaborativos, reforzar los sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo con estrategias que formen al trabajador en hábitos de trabajo saludables, promover las pausas activas en el trabajo y el descanso y ofrecer ayuda psicológica a trabajadores con tendencia al trabajo excesivo o que lo estén experimentando.