La comunicación no es una opción. Hace parte de la vida cotidiana a través de todas sus formas y desde todos los ámbitos de las sociedades, y suele ser tan innata como ávida de transformación. Su importancia a lo largo y ancho de la historia humana se evidencia en hechos como la conformación de culturas, ciudades, surgimiento de movimientos sociales, inventos tecnológicos; un sinfín de sucesos sociales que en el transcurso del tiempo pueden llegar a implantarse como artefactos culturales capaces de influenciar en la vida de las personas, de modificar sus relaciones interpersonales.

En el mundo del trabajo, la comunicación empoderada por los líderes es un elemento clave para el funcionamiento de las empresas; a nivel interno, para mantener una relación adecuada con sus trabajadores y a nivel externo, para mantener un relacionamiento con todos sus públicos y lograr su permanencia en el mercado competitivo. Pero la comunicación de los líderes no siempre resulta ser efectiva, porque muchas veces se asume que comunicar es solo dar órdenes e informar a quienes están bajo su mando.

En realidad, la comunicación desde el liderazgo empresarial está relacionada con la capacidad para influenciar y transformar pensamientos, conductas y propósitos, que finalmente permitan alcanzar un objetivo en común en la organización. Cuando un líder se toma el tiempo para pensar en una comunicación empática y constructiva, se piensa también en potenciar las capacidades de los trabajadores y en maximizar su desempeño. Pero para poder comunicar de manera asertiva, es necesario aprender a escuchar de manera activa. Y no solo se trata de oír, sino de entender y leer el entorno de trabajo, observar las formas de relacionarse entre sí y estar atento a las formas de trabajar; solo así, se logrará implementar una comunicación abierta, dispuesta a establecer espacios de retroalimentación y participación.

Algunas referencias bibliográficas al respecto, mencionan que la comunicación de los líderes en el trabajo debe ser lo suficientemente efectiva como para inspirar, construir y fortalecer relaciones laborales, generar confianza entre superiores y trabajadores, compartir ideas, transmitir los valores de la organización, buscar un punto armónico para construir ambientes de trabajo adecuados y entablar empatía con los trabajadores, entre otras cualidades. Evidentemente, el tipo y las herramientas de comunicación que se utilicen desde el liderazgo empresarial, tendrán una alta incidencia en la motivación de los empleados, en su desempeño y por ende, en los niveles de productividad de las empresas.

No cabe duda, que la comunicación de los líderes tiene un efecto importante en los trabajadores, especialmente, en situaciones donde los cambios a nivel organizacional son inevitables y se hace necesario una guía para afrontarlos. Y aunque los procesos de comunicación suelen ser complejos y diversos, no solo por las transformaciones sociales sino también por la inclusión de nuevas herramientas tecnológicas, cada vez más interactivas y adaptativas; el liderazgo en las empresas debe ser ese faro que conduzca a una comunicación mucho más clara y entendible para los trabajadores, que sea capaz de ayudar a comprender la inserción de acciones y conductas deseadas que se alineen con los propósitos del cambio en la organización, al tiempo que entienda las necesidades y los miedos de los trabajadores para aceptar el cambio.

Ventajas de la comunicación efectiva en el liderazgo:

La comunicación en el liderazgo es un proceso constante, debe ser consciente y adaptativo. No todos los líderes poseen habilidades comunicativas ni se sienten cómodos al comunicarse con sus trabajadores, ni tampoco toda comunicación llega a ser efectiva; por lo que esta capacidad sí debe ser un propósito en permanente búsqueda, sobre todo cuando se lideran grupos de personas tan diversas como las que conviven en las empresas.

Estos son algunos de los beneficios de implementar una comunicación efectiva desde los líderes:

• Se comparte de manera clara los objetivos estratégicos de la organización, enfocando al equipo de trabajo hacia unos objetivos específicos
• Fomenta el compromiso y el sentido de pertenencia de los empleados con la empresa
• Permite el diálogo y la construcción de relaciones de trabajo mucho más sólidas
• Contribuye a mejorar las habilidades comunicativas de los equipos de trabajo
• Establece espacios para la colaboración, la gestión del conocimiento y la creatividad
• Permite distribuir las tareas y recursos de manera más eficiente