Un entorno laboral que ofrezca las condiciones necesarias para cuidar la salud de los trabajadores y protegerlos ante factores de riesgo propios del trabajo; asegura en un alto porcentaje el desempeño adecuado de sus colaboradores así como buenos resultados en los niveles de productividad de la empresa. Cuando se reconoce que la seguridad y salud laboral son puntos importantes que deben hacer parte de los objetivos de la organización, se está validando su influencia en la ejecución de los procesos, actividades, estrategias, programas, etc. Por lo que es pertinente, ofrecer condiciones de trabajo dignas, seguras y saludables a los trabajadores.

Dentro de este mundo de factores asociados al trabajo, los riesgos psicosociales son aspectos que merecen una atención especial y un control pertinente. Especialmente, porque si no se concretan acciones que logren contrarrestarlos, tendrán un impacto desfavorable no solo en la salud de los trabajadores, sino en temas claves como el compromiso laboral. El que a su vez incidirá en los resultados del trabajo y los propios de la organización. Esta falta de atención a los factores de riesgo en el trabajo, pueden desmotivar a los trabajadores, afectar el nivel de satisfacción hacia la empresa y las relaciones que se tejen dentro del ambiente laboral.

Pero, ¿cómo se entiende esta relación entre factores de riesgo psicosocial y el compromiso laboral? El compromiso organizacional está relacionado con esa conexión que el trabajador tiene hacia la empresa, su deseo por participar en ella activamente, sentirse parte de ese entorno y estar siempre dispuesto a lograr su mejor rendimiento para obtener las metas tanto individuales como generales. Pero cuando percibe que la organización no enfoca acciones para ofrecer condiciones de trabajo seguras y saludables, su nivel de compromiso puede ser menor. Y esto ocurre debido a la incidencia negativa que los factores de riesgo pueden tener sobre su salud física y mental, afectando la motivación para realizar las actividades asignadas.

Si un trabajador realiza su trabajo en medio de un entorno laboral que le genera estrés, su capacidad de concentración se bloqueará, disminuyendo su capacidad y disposición para realizar sus funciones. Y si la condición estresante se agudiza, podrá afectar su salud física y a nivel “emocional, comportamental, cognoscitivo, fisiológico”, trastocando su desarrollo profesional y social.

Sin embargo, no todas las personas interpretan de la misma manera las condiciones en las que lleva a cabo su trabajo ni cómo el ambiente laboral puede incidir en su desempeño individual. También entran a jugar parte otros factores como los rasgos individuales, la experiencia, su vida personal, etc. Aspectos que entrarán a determinar cuál será su comportamiento ante circunstancias en las que se sienta expuesto frente a los riesgos en el trabajo.

La falta de gestión de los factores de riesgos psicosociales en el trabajo se ve reflejada en efectos como el ausentismo, los accidentes laborales, la disminución del desempeño, las bajas cifras de productividad, rotación de personal, clima laboral tóxico, etc. Por lo tanto, es necesario que las empresas procuren que los trabajadores se desempeñen en un entorno de trabajo con la menor incidencia de estos riesgos, a fin de lograr el compromiso de los trabajadores y evitar la fuga de talento. Al hacerlo, se le está dando valor al trabajador como ser humano, y la posibilidad de mejorar su calidad de vida laboral y su bienestar personal.

Lograr de manera constante el compromiso por parte de los trabajadores, resulta ser un recurso importante tanto para su bienestar como para su desarrollo profesional. Ya que esta posibilidad de desempeñarse de manera segura y con las condiciones laborales adecuadas, le generan un alto nivel de satisfacción y autorrealización, lo que a su vez impacta de manera positiva en su salud física, mental y psicológica. Esto por su parte, conlleva un resultado beneficioso para los objetivos propuesto por la empresa, así como en la consecución de un ambiente laboral equilibrado, mejores relaciones entre compañeros de trabajo, mayor innovación, más facilidad para gestionar apropiadamente las situaciones estresantes, una actitud positiva hacia el autocuidado en el lugar de trabajo, etc.