Una de las principales acciones para proteger la salud y seguridad de los trabajadores es implementar entornos de trabajo adecuados, sostenibles y saludables, que además, contribuyan al rendimiento y la productividad laboral. Factores como la iluminación, el mobiliario, el nivel de ruido y la calidad del aire en los lugares de trabajo son vitales para la salud, y, por lo tanto, un espacio mal ventilado o inadecuado puede incidir de manera negativa en el bienestar de los trabajadores.

La calidad del aire en los edificios y oficinas está influenciada tanto por el aire procedente del exterior como de la recirculación del aire a nivel interno. Si las oficinas se encuentran ubicadas en zonas donde existe alta contaminación ya sea por el tráfico, por obras de construcción, fábricas cercanas, puntos cercanos de basuras, etc., claramente la calidad del ambiente interior estará condicionada por estos factores. De ahí la importancia de realizar un correcto tratamiento del aire interno a través de los sistemas de ventilación ya sean estos naturales, mecánicos o combinados, así como del mantenimiento que se les realice a las oficinas o lugares de trabajo.

Si por ejemplo, el edificio no cuenta con un mantenimiento apropiado o una ventilación pertinente, existiendo el riesgo de grietas o rendijas por donde el aire exterior pueda entrar, este llevará consigo una gran cantidad de contaminantes que pueden tener efectos nocivos para la salud de los trabajadores, incidiendo especialmente en su sistema respiratorio.

Una mala calidad del aire que puede darse también por otros factores como el tipo de materiales utilizados para la construcción del edificio, el diseño de los sistemas de ventilación/climatización y la presencia de fuentes contaminantes, entre otros; afecta también el desempeño laboral de quienes pasan la mayor parte de su tiempo en el trabajo. Al sentir inconformidad con la calidad del ambiente interior, los trabajadores pueden llegar a experimentar estrés, agotamiento, baja motivación laboral, bajo rendimiento, etc.

¿Cómo afecta el aire contaminado a la salud de los trabajadores?

La incorrecta o nula ventilación de los espacios de trabajo en locales cerrados puede ser foco para la incubación de bacterias y virus como el de la influenza, debido a que no se permite una circulación óptima del aire. Este aire viciado, que se caracteriza por estar cargado de elementos contaminantes que se encuentran en los espacios (humo, productos de limpieza, polvo, basuras, etc.), al no renovarse adecuadamente, se queda en los ambientes acumulando partículas y sustancias que afectan la calidad del aire.

Entre los síntomas más comunes en la salud de los trabajadores, luego de estar expuestos de manera continua al aire contaminado, se encuentran:

• Dolor de cabeza
• Fatiga
• Náuseas
• Irritación de los ojos
• Irritación de las vías respiratorias
• Picor y resequedad de la piel
• Manifestación de rinitis, gripe, asma
• Malestar térmico

¿Cómo mejorar la calidad de aire en oficinas?

• Abrir puertas y ventanas de 10 a 20 minutos para permitir la ventilación.
• Para los recintos cerrados se recomienda una ventilación con una tasa elevada de renovación del aire
• Limpieza y mantenimiento de los sistemas de ventilación/climatización, de manera periódica.
• Apertura de ventanas durante la noche para permitir el aire fresco (en los casos que sea pertinente), comprobando antes que el aire externo no está contaminado.
• Mantener las oficinas y edificios limpios, eliminando el polvo y alérgenos que se acumulan en el aire, y, especialmente, de elementos como alfombras o muebles que son acumuladores de partículas.
• Evitar la aglomeración de personas en un mismo lugar.
• Mantener los niveles de temperatura y humedad en valores adecuados, que no sean perjudiciales para la salud.
• Utilizar sistemas de medición de la calidad del aire, que permitan determinar si en el ambiente existen altos niveles de contaminación.

Cuando se permite la circulación del aire en las oficinas, ventilando por medio de la apertura de ventanas o puertas con la combinación del uso de sistemas de ventilación, se evita la concentración de olores, seca humedades, controla la temperatura, elimina gérmenes, etc., ofreciendo aire fresco y renovado, en beneficio de la salud de los trabajadores.