No dormir bien o lo suficiente causa la imposibilidad de darle un descanso adecuado tanto al cuerpo como a la mente, afectando la salud de las personas cuando estos episodios se vuelven repetitivos y dan lugar a los trastornos del sueño, que si no se gestionan de manera oportuna, pueden afectar la calidad de vida y repercutir de manera adversa en aspectos como la seguridad y salud laboral, de escenarios tan importantes como el trabajo.

La lista es larga en lo que se refiere a los factores que afectan la conciliación y duración del sueño y pueden estar relacionados con condiciones de salud propias de cada persona y con todas aquellas situaciones que agudizan las preocupaciones o la ansiedad como las jornadas de trabajo extenuantes, el estilo de vida que se lleve y trabajos que afectan el ritmo biológico natural del ser humano, como el trabajo por turnos. Todo este cúmulo de vivencias se manifiesta por lo general, al final del día, afectando el momento destinado al descanso, y desarrollando alteraciones en el sueño como el insomnio o la apnea, los que a su vez perjudican la calidad, duración y la eficiencia del sueño.

En el plano laboral, las consecuencias de no haber dormido lo suficiente generan fatiga y agotamiento, lo que implica un menor rendimiento en tareas físicas y cognitivas. Esta falta de sueño puede afectar los pensamientos, la memoria y la capacidad de reacción ante cualquier eventualidad que requiera de respuesta inmediata, entre otros efectos. Su incidencia en el trabajo es de gran importancia, debido a que los niveles de productividad desmejoran y además, los trabajadores que padecen estos trastornos del sueño, pueden presentar mayor riesgo de sufrir accidentes de tipo laboral, ya que la somnolencia que experimentan durante el día, merman su capacidad de atención y concentración.

Investigaciones enfocadas a estudiar los trastornos del sueño y sus efectos en el trabajo, han documentado que las personas que los padecen presentan mayor riesgo de sufrir alteraciones en sus comportamientos como irritabilidad y dificultad para tomar decisiones, y de desarrollar enfermedades como las cardiovasculares, diabetes tipo 2 y depresión. Esto relacionado con la productividad organizacional, significa un aumento en los porcentajes de ausentismo laboral de las empresas y mayor costo en el tratamiento de las enfermedades originadas por los desórdenes del sueño. Sin duda, un factor de riesgo notable en el tema de la seguridad laboral.

Principales consecuencias de los trastornos del sueño en el trabajo:

Además de los efectos negativos para la salud, las alteraciones del sueño afectan considerablemente las capacidades de los trabajadores y su desempeño, manifestándose en efectos como:

•Disminución del rendimiento laboral
•Aumento del estrés y ansiedad
•Alteración de las emociones
•Mayores errores en la ejecución de las actividades
•Dificultad para procesar la información
•Afectación de la creatividad
•Dificultad para resolver problemas complejos
•Disminución de las destrezas de comunicación

Las recomendaciones para prevenir trastornos del sueño abordan acciones como establecer horarios adecuados para el sueño, desconectarse de dispositivos electrónicos antes de dormir, no comer al menos dos horas antes de acostarse, fomentar en las empresas estilos de vida saludables, capacitaciones sobre la importancia del sueño y su impacto en la seguridad y salud laboral, gestión del estrés, ofrecer horarios de trabajo flexibles que les ayude a los trabajadores que padecen de alguna alteración del sueño, a gestionar de mejor manera sus necesidades de descanso, etc.

Es vital que dentro de los parámetros y políticas de bienestar laboral, que funcionan como parte de Sistema de Seguridad y Salud laboral, se incluyan estrategias y actividades específicas sobre la higiene del sueño y todos aquellos factores de riesgo que puedan desencadenar los trastornos del sueño. A fin de prevenir y controlar aquellas actividades tanto del trabajo como de los hábitos personales, que se consideren perjudiciales para la salud de los trabajadores.