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Comunicación asertiva
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La importancia de la asertividad en el trabajo

Jul 22 2021

Durante la jornada laboral estamos en constante interacción con distintas personas, afrontamos diferentes situaciones y nos comunicamos permanentemente a través de múltiples canales y en escenarios específicos, que requieren de ciertas actitudes y habilidades para transmitir con asertividad aquello que deseamos expresar.

La asertividad en el trabajo es esencial para expresar adecuadamente nuestras opiniones y emociones, siempre respetando los puntos de vista de los demás, sus ideas y experiencias. Escenarios como el laboral, en donde conviven personas con una historia de vida propia y ciertas características profesionales, exigen un compromiso mayor para poder entablar relaciones interpersonales basadas en la aceptación, el respeto y la empatía hacia el otro.

La asertividad se define, esencialmente, como la capacidad de una persona para expresar claramente y en forma concreta sus ideas, sentimientos y sus deseos, basando la comunicación en los pilares del respeto, la honestidad y la responsabilidad, entre otros. Trasladar este concepto al trabajo resulta vital para generar confianza, facilitar el flujo de información y posibilitar la búsqueda de soluciones alternas a un mismo problema. Lo que permite a su vez, fortalecer las relaciones y los vínculos entre compañeros de trabajo.

Comunicarnos de manera asertiva en el entorno laboral, también ayuda a evitar conflictos o tensiones y contribuye en la conformación de un ambiente laboral óptimo. A través de la comunicación asertiva, se pueden establecer espacios para la negociación, en los que no se pretenden interponer las propias ideas y deseos, sino hacer valer las opiniones ante los demás, aun sabiendo que los interlocutores pueden o no estar de acuerdo con dichos argumentos.

Aunque la comunicación asertiva es imprescindible en el trabajo, esta no siempre es posible cuando las organizaciones funcionan a través de estructuras jerárquicas de tipo vertical, especialmente entre superiores y subordinados, lo que hace más difícil entablar una comunicación mucho más fluida, puesto que en estas organizaciones priman la autoridad y el poder. Sin embargo, esta situación no descarta la posibilidad de desarrollar comportamientos asertivos entre compañeros de trabajo o entre relaciones de jerarquía.

¿Cómo ser asertivos en el trabajo?

Una conducta asertiva es una manera de hacer valer nuestros derechos ante los demás con base en el respeto, saber decir no sin temor a lo que la otra persona pueda pensar, saber expresar un desacuerdo frente a las ideas de los demás o saber solicitar ayuda cuando se necesita, sin que esto implique falta de confianza en sí mismo. En cualquiera de los casos, es preciso expresar con claridad lo que consideramos justo para nosotros, siendo coherentes con lo sentimos y deseamos honestamente.

Tal vez una de las ventajas más notoria de las conductas de comunicación asertiva, es que, además de darle al emisor la posibilidad de reforzar su habilidad para comunicarse de manera concisa y empática; obstaculiza cualquier intento de agresión o conflicto por parte de su receptor, posibilitando un ambiente de retroalimentación y cordialidad.

Es posible desarrollar comportamientos asertivos y fortalecerlos de forma gradual, si se tiene en cuenta ciertas pautas y se recurren a técnicas que ayudan a adquirir esta habilidad. Se considera que la asertividad está ligada con la autoestima, por lo que también resulta importante trabajar este aspecto si existe falta de confianza en lo que hacemos o somos. Gestionar las emociones desde la inteligencia emocional es una buena herramienta para encontrar la confianza en nosotros mismos e influir positivamente en los demás.

Aunque existen varias técnicas y estrategias para trabajar en la habilidad de la comunicación asertiva, es posible desarrollarla a partir de la práctica de tres pasos básicos, siempre que se realicen con frecuencia y honestidad:

1. Escucha activa: escuche conscientemente a su interlocutor. Esto le da la posibilidad de conocer y entender sus ideas y deseos, haciéndole saber que realmente lo escucha. A través de esta conducta se genera empatía hacia el otro. Sin embargo, escuchar de manera activa a su interlocutor, no implica que se esté de acuerdo con sus ideas, pero ayuda a generar un ambiente de confianza.

2. Expresión: exprese de manera clara y con respeto, lo que opina o piensa respecto a lo que escuchó de su interlocutor. Gestione de manera adecuada sus emociones, responsabilizándose por sus sentimientos. Evite usar palabras que puedan sonar agresivas o que indican su desacuerdo directo como “no tienes razón...”, “no estoy de acuerdo...” etc. Pueden usarse en su lugar expresiones como “No obstante...”, “Si bien...” etc.

3. Deseo: diga lo que desea que suceda (luego de haber escuchado y expresado sus opiniones) de forma clara y específica, respetando las necesidades de su interlocutor. No imponga sus deseos o peticiones. Agradezca a su interlocutor por escucharlo, haciendo énfasis en que su intención es que ambas partes logren un acuerdo.

 

Aunque por medio de la comunicación asertiva buscamos generar un ambiente de confianza y empatía con las opiniones y deseos de los demás, expresando de manera sincera nuestras propias necesidades, es importante tener en cuenta que el fin de este tipo de comunicación no es manipular ni lograr que los demás acepten siempre nuestros puntos de vista, sino establecer un ambiente propicio para el diálogo, en el que sea posible la aceptación de cada una de las posiciones.

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